Biología, pregunta formulada por danna202887, hace 1 mes


3. ¿En qué radica la importancia de este descubrimiento?

Respuestas a la pregunta

Contestado por Kyscha03
0

Respuesta:

descubrimiento de que?

Explicación:

Contestado por ramireziruretamikel
0

Este es el texto del que se hacen las preguntas:

EL SECRETO DEL ÚNICO ANIMAL QUE HACE LA

FOTOSÍNTESIS

Esta babosa, que incorpora a su ADN genes del alga que come y los transmite a su descendencia,

puede aportar pistas para mejorar la terapia génica.

Ser una planta es la máxima aspiración de una babosa marina que prefiere vivir de la luz del sol a

tener que deambular por el fondo del mar en busca de comida. Se llama Elysia clorotica, tiene un aspecto

que la asemeja a la hoja de una verdura y habita en las costas de Nueva Escocia hasta el sur de Florida.

Como cambiar del reino animal al de las plantas lo veía complicado, ideó una estrategia alternativa.

“Elysia” se alimenta de un alga llamada Vaucheria litorea, que sí es autótrofa, es decir que lleva a

cabo la fotosíntesis de la que obtiene comida gracias a la luz del sol y un puñado de nutrientes que obtiene

del agua. La mayor aspiración de Elysia. El alga, igual que las plantas, puede hacerlo gracias a sus

cloroplastos, las estructuras donde se lleva a cabo la fotosíntesis. Así que Elysia ha decidido robárselos.

Empeñada en facilitarse el avituallamiento diario, la babosa ha aprendido a digerir al alga sin dañar

los preciados cloroplastos, capaces de transformar la luz del sol en comida. Así que los trata con sumo

cuidado y las integra en sus células digestivas. Gracias a esta estrategia sus aspiraciones se han visto

cumplidas y se las arregla para vivir durante meses sin probar bocado, simplemente alimentándose de la

luz del sol. Esta rebuscada estrategia ha hecho famosa a Elysia como el primer animal capaz de realizar la

fotosíntesis.

Plan Lector 24

El robo de los cloroplastos

A los biólogos les intrigaba cómo era posible que la babosa fuera tan selectiva como para no digerir

una parte del alga, justamente la que necesitaba para su propósito. Pero su mérito va mucho más allá.

Resulta que este molusco de apenas seis centímetros tiene en su cromosoma genes del alga indispensables

para mantener en buen estado los cloroplastos que le roba. De forma que se ha convertido también en el

primer caso de transferencia de genes funcionales de una especie multicelular a otra para envidia de muchos

investigados. Y es que esa transferencia genética es precisamente el objetivo de la escurridiza terapia génica

como panacea para corregir enfermedades de base genética en los seres humanos.

Sí se sabe que las bacterias se intercambian genes entre ellas, para aumentar sus posibilidades de

supervivencia e incluso la capacidad de resistir a los antibióticos. Pero se trata de organismos unicelulares.

Y esta es la primera vez que se ha visto este proceso entre seres más complejos y además de dos reinos

diferentes. Este “envidiable” proceso se denomina transferencia horizontal de genes. Y a este excepcional

hecho hay que unirle otro no menos llamativo, mencionado antes, su capacidad para establecer una

simbiosis con un orgánulo celular, en lugar de con otro ser vivo, como es lo habitual.

Aunque las estrategias de la babosa se conocen desde hace tiempo, The Biological Bulletin acaba

de publicar la primera evidencia directa de que los cromosomas de esta babosa de mar verde brillante con

aspecto de hoja tienen algunos genes que provienen de las algas que se come. Estos genes ayudan al

molusco a mantener los procesos fotosintéticos dentro de su intestino, lo que le facilitan toda la comida que

necesita durante una larga temporada. Otro intrigante hallazgo, ¿cómo un gen que come la babosa puede

ser luego funcional e integrarse correctamente en su genoma?, que abre paso a otra inquietante pregunta,

¿los genes que comemos pueden integrarse en nuestro genoma? Y detrás de este interrogante se deslizan

mucho más...

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