3) ¿Cómo podemos hacer que la inteligencia artificial y la robotización conduzcan a mejores trabajos en vez de desempleo?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Trascendente pregunta, cuya contestación siempre será un tanto aventurada. Una cosa es cierta, el camino de influencias ya está aquí, y en pleno desarrollo. Si nos ceñimos a los puestos de trabajo hay que pensar que todos los adelantos, cualquier invento, siempre fueron positivos para los trabajadores, aliviaron la carga de trabajo. Desde los chopping tools, bifaces, raederas y tantos otros de la antigüedad, pasando por multitud de útiles, herramientas, aplicaciones en la época de máquinas de vapor, eléctricas, llegada de los ordenadores, internet, etc., hasta lo que Klaus Schwab definió el primero como “cuarta revolución industrial”, las nuevas aportaciones fueron, en general, positivas para mejorar las condiciones de trabajo y crear nuevos empleos. Ahora las circunstancias son distintas, porque la inteligencia artificial (IA) y el conjunto complementario de tecnologías disruptivas, léase robótica, nano tecnología, impresión 3D, computación cuántica, vehículos autónomos, etc., tendrán una incidencia determinante en el colectivo de los trabajadores. Por una parte, además de simplificar tareas en muchos puestos de trabajo se crearán otros nuevos, asumiendo que las características de los mismos serán generalmente de medio-alto nivel de capacidad técnica. Pero por otra muchos de los trabajos actuales serán absorbidos por las nuevas tecnologías y estudios hay que vaticinan en pocas décadas la pérdida de no menos de 400 millones de puestos de trabajo en el mundo. Una desventaja añadida es que las capacidades humanas progresan de manera lineal y las de la IA lo hacen de manera exponencial por lo que en un plazo no muy dilatado se igualarán y no es difícil predecir las consecuencias; científicos e investigadores, Hawking y Musk entre ellos, pronosticaron la incidencia desfavorable de esta evolución para la raza humana. Y ante esta situación, ¿Qué hacer?. El control positivo pasa por una actuación dual: de los poderes públicos y de la población trabajadora. Los primeros deberían legislar, y algunas naciones ya lo han hecho, para que el desarrollo de la IA y las super-tecnologías tenga una medida ética efectiva que impida repercusiones negativas para la raza humana; eso ahora, que todavía es posible. Por otra, la población trabajadora no podrá inhibirse de la situación que llega y tendrá que estar al tanto de posibles avances e integrarse con ellos, como al día de hoy se ha asumido que es positivo el manejo de internet y muchos años antes fue una ventaja saber leer y escribir. De cualquier forma parece que las tecnologías disruptivas no desplazarán a trabajadores que posean determinadas cualidades como empatía, talento, imaginación, inventiva, etc.. Pero lo cierto es que los cambios en el horizonte social pueden ser profundos y cada vez más rápidos. Confiemos que sea para mejor
Explicación:
espero sirva
Respuesta:
Trascendente pregunta, cuya contestación siempre será un tanto aventurada. Una cosa es cierta, el camino de influencias ya está aquí, y en pleno desarrollo. Si nos ceñimos a los puestos de trabajo hay que pensar que todos los adelantos, cualquier invento, siempre fueron positivos para los trabajadores, aliviaron la carga de trabajo. Desde los chopping tools, bifaces, raederas y tantos otros de la antigüedad, pasando por multitud de útiles, herramientas, aplicaciones en la época de máquinas de vapor, eléctricas, llegada de los ordenadores, internet, etc., hasta lo que Klaus Schwab definió el primero como “cuarta revolución industrial”, las nuevas aportaciones fueron, en general, positivas para mejorar las condiciones de trabajo y crear nuevos empleos. Ahora las circunstancias son distintas, porque la inteligencia artificial (IA) y el conjunto complementario de tecnologías disruptivas, léase robótica, nano tecnología, impresión 3D, computación cuántica, vehículos autónomos, etc., tendrán una incidencia determinante en el colectivo de los trabajadores. Por una parte, además de simplificar tareas en muchos puestos de trabajo se crearán otros nuevos, asumiendo que las características de los mismos serán generalmente de medio-alto nivel de capacidad técnica. Pero por otra muchos de los trabajos actuales serán absorbidos por las nuevas tecnologías y estudios hay que vaticinan en pocas décadas la pérdida de no menos de 400 millones de puestos de trabajo en el mundo. Una desventaja añadida es que las capacidades humanas progresan de manera lineal y las de la IA lo hacen de manera exponencial por lo que en un plazo no muy dilatado se igualarán y no es difícil predecir las consecuencias; científicos e investigadores, Hawking y Musk entre ellos, pronosticaron la incidencia desfavorable de esta evolución para la raza humana. Y ante esta situación, ¿Qué hacer?. El control positivo pasa por una actuación dual: de los poderes públicos y de la población trabajadora. Los primeros deberían legislar, y algunas naciones ya lo han hecho, para que el desarrollo de la IA y las super-tecnologías tenga una medida ética efectiva que impida repercusiones negativas para la raza humana; eso ahora, que todavía es posible. Por otra, la población trabajadora no podrá inhibirse de la situación que llega y tendrá que estar al tanto de posibles avances e integrarse con ellos, como al día de hoy se ha asumido que es positivo el manejo de internet y muchos años antes fue una ventaja saber leer y escribir. De cualquier forma parece que las tecnologías disruptivas no desplazarán a trabajadores que posean determinadas cualidades como empatía, talento, imaginación, inventiva, etc.. Pero lo cierto es que los cambios en el horizonte social pueden ser profundos y cada vez más rápidos. Confiemos que sea para mejor.
Explicación:
me das corona plesa ;)