3 características de las escuelas mexicas,calmecac y tepochcalli
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Respuesta:
La educación en el ‘telpochcalli’ y el ‘calmécac’
na de las formas de acercarnos al conocimiento cultural de un pueblo, es a través de su educación. Para conocer sobre el México antes de la invasión y conquista española es imprescindible detenernos a saber cómo era su educación. El referente principal que tenemos para ello es el pueblo mexica (azteca), sin menospreciar a los mayas o los olmecas. En la época prehispánica, los pueblos mesoamericanos había la conciencia de que la población debía recibir un mínimo de instrucción, así como delimitar lo que tenía que ser la educación de los hombre y de las mujeres. Esta educación se vio interrumpida con la invasión de los españoles, que además rompió con la situación política, social y cultural prevaleciente antes de su llegada. Isidro Castillo (2007) nos dice que las características de la vida económica, social y política del pueblo azteca, hallaron cabal expresión en el proceso educativo. Importante era el ideal religioso en los Aztecas, la escuela pertenecía al Estado como el individuo mismo y se recupera de los españoles y romanos el carácter familiar de la educación como principio, costumbre y derecho natural. La educación familiar, propiamente dicha se extendía de los tres a los quince años de edad, época en que los jóvenes, si eran nobles, ingresaban a los colegios, y si eran hijos del pueblo, entraban de lleno a participar en la vida económica de la comunidad. Al padre correspondía la formación del hijo y a la madre de la hija. A cargo también de la educación familiar corría la tarea de formar moralmente a los niños, inculcándoles el temor a los dioses, el cariño a los padres, el respeto a los mayores, amor a la verdad y el cumplimiento estricto del deber. Las pinturas de códices de Mendocino o el Florentino nos han permitido que los arqueólogos e historiadores nos den cuenta de cómo era la educación con los mexicas. Se sabe entonces que existieron diversos tipos de escuela o centros de educación. Los datos aportados por estas fuentes describen el funcionamiento de los telpochcalli o cas de jóvenes, donde se preparaba una gran mayoría de éstos para el arte de la guerra principalmente. Se menciona también la existencia de centros de educación superior, los calmécac, en los que se transmitían los conocimientos más elevados de la cultura náhuatl. Se describe finalmente, que también funcionaban los cuicacalli, en los que se enseñaba a los jóvenes el canto, la danza y la música. El los telpochcalli, estaba destinado a educar a los muchachos de clase media o macehuales, se inculcaba a los jóvenes principios como los siguientes: “estas prometido para servir con esfuerzo y valor a tu pueblo; tu camino es el de las guerras, donde se traban las batallas; allí serás enviado, tu oficio y tu facultad es la guerra, tu obligación es dar de beber al sol sangre de los enemigos y dar de comer a la tierra con los despojos de los contrarios”. La religión también contribuía a formar a los jóvenes para la guerra, imbuyéndoles la creencia de que los guerreros muertos en combate, alcanzaban el privilegio de acompañar todos los días al sol en su recorrido triunfal. (Castillo, 2007) El calmécac, dedicado a educar a los hijos e hijas de los nobles, se define como una escuela de la voluntad para dominar los apetitos y vencer el dolor y la fatiga, formar almas fuertes y cuerpos resistentes. Pero no nada más atendía la educación física y moral sino también la intelectual: se les enseñaba a hablar con retórica y urbanidad, así como la lectura y escritura jeroglífica en relación con los cantos sagrados, aprendían a contar y con su sistema vigesimal y sus pocos signos hacía operaciones complicadas (Castillo, 2007). De igual manera a observar el curso de los astros, medir el tiempo, conocer las plantas y los animales y rememorar los acontecimientos históricos. Finalmente, en relación al maestro náhuatl o temachtiani se distinguían dos clases. Por una parte, aquellos que se refieren a “hacer que los educandos tomen un rostro, lo desarrollen, lo conozcan y lo hagan sabio”. Por otra, los que nos lo muestran “humanizado al querer de la gente y haciendo fuertes los corazones.
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