23. ¿Cuál de las siguientes regiones es más vulnerable?
B) Epidemia
D) Erupción de un volcán
A) Una región con baja concentración de población y con una mala planeación en su desarrollo territorial
B) Una región con alta concentración de población y una buena planeación en su desarrollo territorial
C) Una región con alta concentración de población y una mala planeación en su desarrollo territorial
Di Una región con baja concentración de población y una mala planeación en su desarrollo territorial
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Las amenazas naturales en la región que más preocupan a los planificadores son:
- Huracanes
- Sequías y desertificación
- Riesgos geológicos (terremotos, erupciones volcánicas, tsunamis)
- Inundaciones
- Deslizamientos
Si bien las amenazas se materializan frecuentemente como eventos inconexos, también pueden superponerse. Por ejemplo, los huracanes y los tsunamis pueden producir inundaciones; los terremotos pueden causar derrumbes; la erosión y la sedimentación son muchas veces el resultado de inundaciones, desertificación o de las malas prácticas de manejo de suelos, más que amenazas en sí. Estas amenazas naturales son las que más preocupan a los organismos de desarrollo, no sólo porque causan los mayores daños a la humanidad y a las propiedades, sino también porque pueden ser agravados por las actividades de desarrollo. Lo más importante de estas amenazas es que en la actualidad hay medios disponibles para reducir su impacto.
Al comienzo de un estudio de desarrollo, el planificador debe determinar, basándose en la información disponible, si en el área de estudio existe alguna amenaza natural en particular que constituya un problema. Si la información existente no es suficiente, el planificador generalmente decidirá no considerar la amenaza en cuestión.
Dada la disponibilidad de nuevas técnicas de evaluación de riesgos, ya no es necesario tomar este tipo de decisiones. La información necesaria para evaluar una amenaza natural puede obtenerse en muchos casos, como parte del proceso de planificación y es posible lograr que las evaluaciones de amenaza formen parte del estudio sin incurrir en costos desmedidos o sacrificando otros aspectos.
La disponibilidad de información determina la estrategia para tratar una amenaza natural en un estudio de desarrollo. La pregunta crucial es, si la información existente o disponible es suficiente para determinar si la amenaza impone un peligro significativo en el área de estudio. Si ésta no fuera suficiente, sería necesario generar información adicional de forma rápida y a bajo costo para que sea factible dentro de dicho estudio. En el caso de huracanes, desertificación y riesgos geológicos la información disponible es generalmente adecuada, pero en el caso de inundaciones y derrumbes generalmente no lo es (ver el recuadro en la página siguiente).
1. Huracanes
En los países del Caribe los huracanes causan más daños y alteran la vida de más personas que cualquier otro riesgo natural. En México y América Central están en segundo lugar, después de los terremotos. Entre 1960 y 1989 los huracanes causaron 28.000 fatalidades, alteraron la vida de 6 millones de personas y destruyeron propiedades por un monto de US$ 16 mil millones en la Cuenca del Gran Caribe (excluyendo los Estados Unidos y sus posesiones). Los países pequeños son especialmente vulnerables a huracanes, ya que pueden verse afectados en la totalidad de su área. Sus infraestructuras y actividades económicas principales pueden estropearse con la ocurrencia de un evento.
Sin embargo, lo más significativo es cómo se ha logrado reducir su impacto. La intensidad de los huracanes no ha disminuido, por lo tanto se esperaría que al aumentar la densidad de la población, hubiera aumentado el número de fatalidades, pero de hecho se ha reducido. En 1930, por cada tres personas afectadas por un huracán, una se moría. En 1989 esta relación pasó a ser de un muerto cada 100.000 afectados. La relación entre el valor efectivo de los daños y las fatalidades aumentó de US$ 5.000 a US$ 20 millones en el mismo período. La reducción de la tasa de mortalidad se debe principalmente a la mejora de los sistemas de alerta y preparación para emergencias. Se han logrado algunos progresos con respecto a la reducción de daños, pero esto es más difícil.
Se define a un huracán como una gran depresión tropical no frontal o ciclón, con vientos que sobrepasan los 119 km/hr (una tormenta tropical tiene vientos entre 63 y 119 km/hr). La temporada de huracanes en la Cuenca del Gran Caribe es entre los meses de junio y noviembre, y el 84 por ciento de las veces ocurren en agosto y septiembre. Los huracanes causan daños por la potencia de sus vientos, sus precipitaciones y las olas ciclónicas. Los vientos que alcanzan los 162 km/hr causan daños menores, como por ejemplo, rompen ventanas. Cuando sobrepasan esa velocidad, causan daños estructurales. Las precipitaciones fuertes pueden causar el desbordamiento de ríos, poniendo en peligro a todas las estructuras y medios de comunicación de los valles, así como también pueden provocar derrumbes.
Explicación: