2. Si usted fuera un gran dirigente nacional que haría para erradicar la corrupción y el clientelismo que están maltratando la economía y el bienestar del país.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El primer enfoque se presta para la demagogia anticorrupción que vemos y oímos a diario. El segundo es más realista. Reconoce que la corrupción no puede eliminarse, pero sí reducirse de manera sustancial por medio de políticas públicas puntuales. Por temperamento y experiencia, soy partidario del segundo enfoque. La lucha contra la corrupción necesita más concreción y menos discursos. “De lo que se trata –escribió Karl Popper– es de moralizar la política, no de politizar la moral”. Infortunadamente en Colombia nos hemos concentrado en lo segundo, en una suerte de cruzada moralista, vacía y espuria.
La corrupción no es un problema nuevo. Nadie ha podido mostrar de manera convincente que sea mayor ahora que en el pasado. La frecuencia de aparición de la palabra ‘corrupción’ en las noticias publicadas por los principales medios escritos del país no ha variado sustancialmente durante los últimos 25 años. En algunos medios incluso ha disminuido. La ‘corrupción’ aumenta, eso sí, durante los años electorales, precisamente cuando la politización de la moral crece de manera oportunista. Los organismos de control actúan muchas veces interesadamente, son parte del juego político.