2. Según la democracia representativa que posee Colombia y el concepto de Democracia plena, que le hace falta al sistema colombiano para mejorar en sus índices democráticos.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Resumen. El sistema democrático colombiano ha recorrido un largo camino desde los tiempos
de la instauración de la República —pasando por la Constitución de 1991— hasta nuestros días.
A partir del análisis del proceso de consolidación del sistema democrático a lo largo de la historia
del Estado colombiano, se busca identificar la actual relación entre democracia, Fuerzas Militares
y ciudadanía, en el marco de un Estado social de derecho. Para ello, se propone una explicación
de los conceptos de democracia, Estado y soberanía (esta última, representada por la ciudadanía) y se muestran las complejidades y los retos implicados por la participación de la soberanía y
del control civil en relación con las Fuerzas Militares (institución reconocida jurídicamente en la
Constitución).
Explicación:
La democracia colombiana continúa teniendo serios problemas de credibilidad. Se entiende por “democracia” al sistema en que los ciudadanos pueden acudir a elecciones regulares, justas, limpias y transparentes a manifestar sus preferencias políticas y con ellas a elegir a mandatarios que deberán desempeñar misiones de dirección y coordinación social. Para que exista una verdadera democracia se requiere, primero, que las elecciones como tales sean limpias. Pero esta condición ni basta ni es la más importante: se requiere, además, que los partidos políticos que se presentan a esas elecciones sean también limpios y transparentes de manera que los ciudadanos puedan confiar en que su comportamiento será honorable en todas sus actividades institucionales y no solamente en su comportamiento electoral. La “justicia electoral” colombiana actualmente existente se concentra de manera desmedida (y poco eficiente) en problemas que afectan exclusivamente al evento electoral. Los procesos electorales son todos “individuales” en el sentido de que es posible que alguien gane o pierda la curul, pero sin llegar nunca al análisis institucional del comportamiento y de las responsabilidades del partido. Como consecuencia de esto, los partidos políticos no tienen una vigilancia imparcial y responsable que los ronde adecuadamente. No cuentan, pues, con incentivos para comportarse de manera honorable y limpia a lo largo del proceso democrático. Necesitamos pasar de una justicia electoral muy imperfecta (como la que tenemos hoy) a una verdadera “justicia para la democracia”.
Los partidos políticos se construyen para influir en la opinión pública y para ganar elecciones. Este comportamiento competitivo es deseable, pero debe enmarcarse en estrictos límites legales y éticos para darle contenido real a la idea de democracia. Cuando los partidos no tienen límites y responsabilidades, cuando el objetivo de ganar el poder político se impone brutalmente, la democracia deja de ser un sistema de tramitación pacífica de las controversias sociales agregadas y se convierte, en su lugar, en generadora de violencia y fundamentalismo. La experiencia constitucional colombiana es suficientemente diciente al respecto.
espero te sirva:p