2. Realice una reflexión sobre la música de épocas anteriores (contenido anterior) y la música a partir del siglo XX, comparando sus características y funciones. Adjunte fuentes bibliográficas.
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Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Resumen: El fenómeno musical en la edad
contemporánea fue una expresión singular de un
modo de trabar las relaciones sociales y un
mecanismo de ejercicio de poder por parte de la
burguesía, de la misma forma que había
sucedido en épocas más remotas con las grandes
monarquías absolutas o con la Iglesia de Roma.
A su vez, en ocasiones, fue un elemento
revolucionario, crítico con el orden establecido
y agente activo en el cambio político y social.
De esta forma, la producción musical de cada
período histórico puede reflejar valores de la
clase dominante y argumentos legitimadores de
su poder. Asimismo, paralelamente a esto,
pueden localizarse obras en las que, por el
contrario, se realiza una crítica al sistema,
convirtiéndose en preconizadoras o
colaboradoras de grandes cambios político-
sociales. No por obvio debemos dejar de
recordar que la actividad cultural desarrollada
por los grandes creadores a lo largo de la
historia es un reflejo de su tiempo, de la
sociedad de la que ha surgido la obra.
Concretamente, en este artículo se estudian las
posibilidades que el fenómeno musical tiene
como elemento de análisis del siglo XX.
Palabras Clave: cultura, identidades,
legitimación, música, poder, relaciones sociales.
_________________________
n términos generales, la historiografía, a
nuestro juicio, no ha valorado
suficientemente el potencial que puede
llegar a alcanzar el desarrollo de la historia de la
cultura para el análisis de campos temáticos más
amplios. Habitualmente ha mantenido un puesto
marginal al ser considerada como un elemento
auxiliar de la historia política, social o
económica. Esto es especialmente notorio en lo
que se refiere a la música ya que, si bien es
cierto que cada vez es más habitual el uso de la
literatura o el cine por parte de los historiadores,
sin embargo, lo musical sigue sin convocar el
interés de buena parte de los investigadores
actuales. El fenómeno musical en la época
contemporánea fue una expresión singular de un
modo de trabar las relaciones sociales y un
mecanismo de ejercicio de poder por parte de la
burguesía, de la misma forma que había
sucedido en épocas más remotas con las grandes
monarquías absolutas. A su vez, en ocasiones,
fue un elemento revolucionario, deslegitimador
del poder establecido y agente activo en el
cambio político y social. De esta forma, la
producción musical de cada período histórico
puede reflejar valores de la clase dominante y
argumentos legitimadores de su poder.
Asimismo, paralelamente a esto, pueden
localizarse obras en las que, por el contrario, se
realiza una crítica al sistema, convirtiéndose en
preconizadoras de grandes transformaciones
político-sociales1
. No por obvio debemos dejar
de recordar que la actividad cultural desarrollada
por los grandes creadores a lo largo de la
historia es un reflejo de su tiempo, de la
sociedad de la que ha surgido la obra2
.
El siglo XIX desarrolló la llamada “música
programática”, es decir, aquella que es
concebida no como algo puramente abstracto,
como un arte “absoluto”, sino como una
experiencia creativa e intelectual reflejo de otros
aspectos extramusicales. La ópera, por el empleo
de la palabra, sería una música programática
totalmente explícita y es el género que con
mayor precisión permite la transmisión de un
mensaje concreto, más inteligible para el público
al que está destinada la obra. Por ello, dentro de
este campo podemos localizar los principales
esfuerzos creadores al servicio de determinadas
ideas3
.