2 leyendas muy cortas
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Leyenda del fantasma de la Avenida
La Avenida Lázaro Cárdenas, es una vialidad muy importante de Guadalajara, Jalisco. Conecta con el poblado de Chápala, y es muy conocida por la gran cantidad de accidentes que suceden en ella. Se puede contar al menos uno diario, algunos demasiado fuertes con consecuencias mortales
. Se identifica como la causa a una mujer que se aparece misteriosamente en medio del camino, distrayendo a los conductores. Cuando estos intentan esquivarla sufren fatales percances y otros tantos aseguran haberla atropellado.
Muchos testigos dicen que estos sucesos son causados por una presencia del más allá, que se aparece a altas horas de la noche, en medio de la oscuridad, se cruza frente a los autos, causando accidentes a diestra y siniestra. Es bien sabido que los lugares donde suceden muertes trágicas conservan las energías de las personas que fallecieron ahí, algunas quedan tan impregnadas, que permanecen vagando por tiempo indefinido, repitiendo su mortal desenlace una y otra vez.
Leyenda el diablo en pañales
El Diablo se divierte cuando puede influir el miedo en las personas que se encuentran de lo más desprevenidas. Esta es la leyenda de un hombre que no estaba en uno de sus mejores días y que había bebido muchas copas de más. Ya se encontraba volviendo al hogar, pero para ello tenía que atravesar un puente oscuro. Detrás de sí, los faros de la cuadra hacían toda clase de figuras aterradoras y tétricas, pero él no se percató de las energías que fluían por el sitio donde estaba caminando. Ni siquiera podía mantenerse caminando por la misma línea, pero aun así supo reconocer el llanto de un bebé.
Cuando estaba cruzando el puente, un llanto penetró su cabeza por completo, se trataba de una pobre criatura que estaba llorando por alguna parte. Giró sobre sí mismo para encontrarse con ese bebé que estaba solo en medio de la noche y no entendía razón para que esto sucediera. Se dio cuenta pronto que el llanto desgarrador venía de la parte de abajo del puente. Allí estaba el niño, con una manta que lo tapaba, muy tierno y solito porque una madre lo había abandonado a su suerte con una noche tan fría.
El hombre que estaba borracho, tuvo que respirar profundo y tomar la canastita donde se encontraba la criatura porque no dejaría que se muera de frío y hambre. La cargó en sus brazos y empezó a caminar por toda clase de cuadras, algunas más oscuras que otras. De pronto se dio cuenta que el niño empezó a pesar mucho más que cuando lo había recogido, lo cual le extrañó bastante. Cuando se acercó a una luz clara, miró fijamente al bebé y resulta que se había transformado en un cerdo que lo miraba con los ojos rojos y llenos de oscuridad. El hombre dio un salto de mil demonios y lanzó a este animal lejos de sí, gritó muy fuerte y salió corriendo.
La Avenida Lázaro Cárdenas, es una vialidad muy importante de Guadalajara, Jalisco. Conecta con el poblado de Chápala, y es muy conocida por la gran cantidad de accidentes que suceden en ella. Se puede contar al menos uno diario, algunos demasiado fuertes con consecuencias mortales
. Se identifica como la causa a una mujer que se aparece misteriosamente en medio del camino, distrayendo a los conductores. Cuando estos intentan esquivarla sufren fatales percances y otros tantos aseguran haberla atropellado.
Muchos testigos dicen que estos sucesos son causados por una presencia del más allá, que se aparece a altas horas de la noche, en medio de la oscuridad, se cruza frente a los autos, causando accidentes a diestra y siniestra. Es bien sabido que los lugares donde suceden muertes trágicas conservan las energías de las personas que fallecieron ahí, algunas quedan tan impregnadas, que permanecen vagando por tiempo indefinido, repitiendo su mortal desenlace una y otra vez.
Leyenda el diablo en pañales
El Diablo se divierte cuando puede influir el miedo en las personas que se encuentran de lo más desprevenidas. Esta es la leyenda de un hombre que no estaba en uno de sus mejores días y que había bebido muchas copas de más. Ya se encontraba volviendo al hogar, pero para ello tenía que atravesar un puente oscuro. Detrás de sí, los faros de la cuadra hacían toda clase de figuras aterradoras y tétricas, pero él no se percató de las energías que fluían por el sitio donde estaba caminando. Ni siquiera podía mantenerse caminando por la misma línea, pero aun así supo reconocer el llanto de un bebé.
Cuando estaba cruzando el puente, un llanto penetró su cabeza por completo, se trataba de una pobre criatura que estaba llorando por alguna parte. Giró sobre sí mismo para encontrarse con ese bebé que estaba solo en medio de la noche y no entendía razón para que esto sucediera. Se dio cuenta pronto que el llanto desgarrador venía de la parte de abajo del puente. Allí estaba el niño, con una manta que lo tapaba, muy tierno y solito porque una madre lo había abandonado a su suerte con una noche tan fría.
El hombre que estaba borracho, tuvo que respirar profundo y tomar la canastita donde se encontraba la criatura porque no dejaría que se muera de frío y hambre. La cargó en sus brazos y empezó a caminar por toda clase de cuadras, algunas más oscuras que otras. De pronto se dio cuenta que el niño empezó a pesar mucho más que cuando lo había recogido, lo cual le extrañó bastante. Cuando se acercó a una luz clara, miró fijamente al bebé y resulta que se había transformado en un cerdo que lo miraba con los ojos rojos y llenos de oscuridad. El hombre dio un salto de mil demonios y lanzó a este animal lejos de sí, gritó muy fuerte y salió corriendo.
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