2. Escriba un ensayo de una hoja tamaño carta.
3. Escriba el mensaje que le deja el tema.
El amor debe ser el centro o eje de la vida de toda persona en medio de una sociedad. Una de las manifestaciones de ese amor es el compromiso generoso e incondicional pero acompañado de la lucidez; la ayuda al hermano debe ser real y gratuita y no meramente intencional. El amor que se hace solidario ante el sufrimiento es un amor que suprime las defensas naturales para que el dolor de los otros no nos toque; el amor nos deja vulnerables a los gritos del dolor de los que sufren; nos ayuda a descubrir nuestra impotencia. El que sufre no espera “cosas” que le resuelvan el problema, sino que estemos al lado, solidarios de su sufrimiento. Nos pide el don de nuestra persona que se hace compañía del otro en la búsqueda del camino de salida. Optar por los pobres es entrar en el sufrimiento de su vida cotidiana. Sentir toda la rebeldía y la protesta contra las causas que empobrecen, pero no tomar ante ella actitudes o propuestas violentas, más, sí la serena actitud de cambiar lo evitable, aun cuando se sufran consecuencias porque se han tocado intereses de poderosos. Cómo podemos servir Piense de qué manera otras personas le han prestado servicio a usted y a los miembros de su familia. Jesús dijo: “…Yo estoy entre vosotros como el que sirve” (Lucas 22:27). Como verdaderos discípulos de Jesús, nosotros también debemos servir a los demás. El servicio es prestar asistencia a quienes necesitan ayuda. El servicio cristiano nace del amor genuino que se siente por el Salvador, y del amor y la preocupación por quienes Él no sólo nos da la oportunidad de ayudar, sino de guiar en la vida. El amor es más que un sentimiento; cuando amamos a los demás, deseamos ayudarlos. Todos debemos estar dispuestos a prestar servicio, sin tomar en cuenta nuestra posición económica, social ni nuestra edad. Algunos piensan que sólo la gente pobre y desvalida debe servir; otros piensan que únicamente los ricos deben prestar servicio; sin embargo, Jesús enseñó otra cosa. Cuando la madre de dos de Sus discípulos le pidió que honrara a sus hijos en Su reino, Jesús le respondió: “Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor; y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo” (Mateo 20:26–27). Hay muchas formas de servir. Podemos ayudar a los demás económica, social, física y espiritualmente. Por ejemplo, podemos dar alimentos u otros artículos a quienes los necesiten; y ayudar a los necesitados al contribuir una ofrenda de ayuno generosa; podemos brindarle amistad a un recién llegado, cultivar un pequeño huerto para una persona anciana o cuidar de un enfermo. Podemos enseñar el Evangelio a quienes necesitan conocer la verdad o consolar a quienes sufren.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Ten el resumen y el mensaje que da es: nos ayuda el amor en el sufrimiento de cada día en el agotamiento de cada día pero si quieres hacer algo de verdad debes hacerlo ahora por que el que quiere puede no importa que tan grande sea el reto o el sacrificio. (siempre haz lo que deseas siempre y cuando no dañes a tu alrededor o a otras personas por tu deseo)
Explicación:
El amor que se hace solidario frente a el sufrimiento es un amor que suprime las defensas naturales para que el dolor de los demás no nos toque; el amor nos deja vulnerables a los gritos del dolor de los que padecen; nos ayuda a encontrar nuestra impotencia. El servicio es prestar ayuda a quienes requieren ayuda. Todos debemos estar dispuestos a prestar servicio, sin tomar en consideración nuestra postura económica, social ni nuestra edad. Ciertos consideran que solamente la población pobre y desvalida debería servir; otros consideran que sólo los ricos tienen que prestar servicio; no obstante, Jesús enseñó otra cosa. Una vez que la mamá de 2 de Sus discípulos le solicitó que honrara a sus hijos en Su reino, Jesús le respondió: “Mas entre vosotros no va a ser de esta forma, sino que el que desee hacerse enorme entre vosotros va a ser vuestro servidor; y el que desee ser el primero entre vosotros va a ser vuestro siervo” (Mateo 20:26–27).