2 ejemplos de por qué necesitamos el azufre
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Principales usos del azufre
Entre los más comunes y frecuentes usos del azufre está el del tratamiento de lesiones y trastornos de la piel como el acné y la escabiosis, gracias al hecho de que por encontrarse en la mayoría de los tejidos vivos, es parte de los aminoácidos y se involucra en la síntesis de proteínas y diversas reacciones enzimáticas.
En tiempos antiguos, sus sales eran quemadas con el propósito de esterilizar las salas de pacientes con enfermedades infecto contagiosas y también se ingería acompañado de otras sustancias como la melaza para tratar la bronquitis, reumatismo y estreñimiento.
Hoy en día existen quizás más reservas y cautela en cuanto a su consumo e ingesta, sin embargo, sigue empleándose en la manufactura de tintes, pólvora, insecticidas, fungicidas, ácido sulfúrico y caucho.
Usos medicinales del azufre
Tradicionalmente se le recomienda como suplemento especialmente en las personas que padezcan determinadas afecciones o trastornos y que necesiten incrementar su ingesta de forma natural. Como mineral esencial es de vital importancia en la salud de tejidos conectivos en piel, huesos, dientes, cabello y músculos.
Se ha demostrado que favorece el metabolismo de las grasas y la regulación de la azúcar en la sangre. Es ampliamente recomendado en casos de trastornos nerviosos como ansiedad, estrés o depresión, diabetes, congestión hepática y procesos digestivos.
En casos de artritis es eficaz en el manejo de la enfermedad y sus variaciones como los son la reumatoide y psoriásica. Existen los baños de azufre o de barro que generalmente alivian la inflamación aguda o crónica que produce esta enfermedad. También mejoran la rigidez típica de estos pacientes y optimiza su fuerza y potencia para caminar o desplazarse.