2) Ahora vean la siguiente historieta y respondan: ¿Cuáles son los condicionamientos que me parecen más
relevantes a la hora de ser yo mismo?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
si hermano ahorita te contesto
Explicación:
Cuando vemos las actitudes de una persona ante cualquier circunstancia, regularmente empezamos a buscar los motivos o las razones del porqué presenta dicho comportamiento, ya que es la conducta o el proceder por parte de un individuo la manifestación visible de lo que a esa persona le interesa o necesita, con lo que se siente identificado o de donde el individuo se percibe como parte de ese grupo o grupos, considerando en todo momento que toda conducta es una decisión personal, con el pleno convencimiento de lo que se está haciendo, a menos de que sufra de algún trastorno o alguna discapacidad a nivel cognitivo o cerebral.
Con la postura anterior se descarta lo que por mucho tiempo se ha manejado como una verdad absoluta, pero que realmente es un instrumento de control social, ya que interpreta la realidad de manera lineal, tal y como lo versa la máxima newtoniana de que “a toda acción corresponde una reacción con la misma intensidad, pero en sentido contrario”, o que también puede traducirse como el famoso binomio tan trillado causa-efecto. Otra perspectiva, pero que no deja de ir en el mismo sentido, y si se quiere transitar por campos más espinosos donde al final se representa el mismo esquema de control social, es el popular adagio que manifiesta que “se siembra lo que se cosecha”, frase que sirve como premisa del famoso karma, manejado por los herméticos en el plano esotérico, entendiéndose como que si haces el bien te irá bien, pero si haces el mal, te irá mal.
Es conveniente analizar si la realidad se puede medir dentro de estas supuestas máximas universales como si fuera una cuestión automatizada, o como si el ser humano no tuviera la capacidad de poder decidir ante cualquier circunstancia dada o que no pueda cambiar el rumbo de sus decisiones ni de sus actitudes debido a que se encuentra prisionero de paradigmas sociales o de pasajes dolorosos que se reprimen o esconden pero que, de todos modos, repercuten en su forma de actuar. De esta forma es como puede interpretarse que la identificación y satisfacción de las necesidades reales de cada individuo son directamente proporcionales a la percepción individual que este pueda tener o como lo pueda interpretar, pues si el individuo no siente o no percibe como atendidas estas necesidades reales, no podrá existir el vínculo que genere el compromiso intrínseco que caracteriza a la identidad con algo o con alguien; es decir, no se genera el sentido de pertenencia.
Para ejemplificar lo anterior, puede tomarse cualquier fragmento de la realidad y descomponerse en sus diferentes elementos, entendiendo que la realidad es compleja, multifactorial y por lo tanto multicausal, donde intervienen diversos elementos disciplinares de análisis para poder tener una o varias aproximaciones de la misma y que necesariamente el análisis de cada elemento puede ayudar a comprender los motivos reales que tiene una persona para comportarse de una manera dada, comprendiendo a posteriori que no existen paradigmas irrefutables sino dogmas diversos, que sirven como pretextos particulares para justificar la ineptitud o incapacidad del individuo por hacerse responsable de sus acciones.
—¡No quiero nada!, ¡no me interesan esas payasadas! ¡Y si se trata de ahorrar, pues mejor no se hace ninguna fiesta, al fin y al cabo todos los años se cumple uno más! —fueron las palabras de la joven al reclamarle a su padre de manera airada cuando este trataba de explicarle los pros y contras de una suntuosa fiesta de XV años.
—Me parece perfecto —asintió el padre, confiado en que conocía a su hija. Seguro de que nadie la haría cambiar de opinión, quiso probar una vez más el supuesto dominio que le había caracterizado sobre las situaciones conductuales de la joven, para lo cual, airadamente, le conminó—: Te daré hasta el próximo fin de semana para que tomes una decisión concreta de lo que te gustaría que se hiciera. Y te recuerdo que no habrá marcha atrás.
La semana transcurrió sin que nadie, ni siquiera de manera indirecta, retomara el tema de las fiestas de XV años. Es más, cualquier comentario relacionado a reuniones o festejos parecieran vetados para todas las personas próximas a la joven, siguiendo un código oculto de reflexión y análisis que no pudiera intervenir en la decisión tan importante que ella debería develar en los próximos días. espero y te sirva hermano