Castellano, pregunta formulada por vmayexy, hace 2 meses

10 sucesos de los ladrones que no podían dejar de estornudar​

Respuestas a la pregunta

Contestado por yl673310
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Respuesta: Hace muchos años, cuando los robles que hoy son ancianos no eran más altos que un bastón, vivía en Wessex un muchacho llamado Hubert, hijo de un pequeño hacendado. Tenía alrededor de catorce años y era conocido por su inocencia, su buen corazón y su valentía, de la que ciertamente presumía un poco.

Una fría víspera de Navidad, su padre, que no contaba con más ayuda que la de Hubert, lo mandó con un recado importante a una pequeña ciudad situada a algunos kilómetros de su casa. El chico hizo el trayecto a caballo, y sus asuntos lo entretuvieron hasta última hora de la tarde. Cumplida la misión volvió a la posada, ensilló su caballo y emprendió el regreso. El camino pasaba por el valle de Blackmore, una zona fértil, aunque algo apartada, de pistas embarradas y sendas tortuosas, muy boscosa además en esos tiempos.

Debían de ser cerca de las nueve cuando, mientras cabalgaba bajo los árboles a lomos de Jerry —un potro de patas robustas— cantando un villancico, como correspondía a esa época del año, Hubert creyó oír un ruido entre las ramas. Esto le recordó que el bosque que estaba atravesando tenía un nombre maléfico. Más de un hombre había sido asaltado al pasar por él. Miró a Jerry y lamentó que el potro fuera de color gris claro, pues por esta razón la silueta del dócil animal resultaba visible incluso en las zonas de sombra más densas.

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Explicación: :)

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