10 problematicas que enfrenten los periodistas en México
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
1. Competitividad creciente, pero insuficiente. Las reglas del mercado empiezan a determinar la presencia social de cada medio, en una situación en donde cada empresa de comunicación tiene que comenzar a mejorar sus contenidos para participar de la competencia por los públicos. Pero esta es apenas una tendencia que está desarrollándose.
2. Hay una situación dual: por un lado, persiste el viejo sistema de conveniencias que compromete a medios y comunicadores con el poder político tradicional, no sólo por las ventajas económicas y la influencia pública que pueden estar involucradas. Además, hay convicciones o concepciones del país compartidas por los operadores más tradicionales en los medios y la vieja clase política.
3. Pero, al mismo tiempo, existe una creciente actitud para hacer periodismo de investigación, ir más allá del boletín y la inserción pagada y, así, ofrecer informaciones menos anodinas, por parte de periodistas casi siempre jóvenes, con formación universitaria y en empresas de comunicación que entran cada vez más de lleno a esa disputa por los auditorios.
4. Tenemos, en la prensa, muchos medios para pocos públicos. Centenares de diarios y revistas que apenas llegan a unos cuantos millares de lectores cada uno, representan en la prensa escrita un panorama de desajuste entre los costos de edición y la poca gana de la sociedad para ser lectora consuetudinaria.
5. La contraparte es, en la televisión, la presencia de pocas opciones que no llegan a constituir contrastes significativos entre sí, para públicos muy amplios, que con frecuencia no tienen otra fuente de información. El modelo Televisa sigue imperando aunque, por primera vez en cuarenta años, comienzan a haber otras opciones, locales y nacionales.
6. En este tránsito no hay aún condiciones para que, en todos los casos, rijan las leyes del mercado. La publicidad, gubernamental y comercial, sigue siendo definida a partir de datos de audiencias falsos, o por otro tipo de consideraciones, pero sin atender necesariamente a la presencia real de cada medio.
7. La comunicación electrónica sigue siendo privilegio de unos cuantos. Las concesiones para transmitir por radio y televisión continúan siendo otorgadas de manera discrecional, sin explicaciones ni justificaciones, por parte del gobierno federal. Una de las principales exigencias de los sectores sociales y políticos que han presentado proposiciones para reformar la legislación para los medios, ha sido la creación de un espacio colegiado en donde no sólo el gobierno, sino también miembros del Congreso y quizá del mundo profesional, empresarial y académico definan a quiénes y en qué términos se otorgan las concesiones para usufructuar frecuencias de radio y televisión.
8. Hay una nueva libertad de expresión, ejercida con más amplitud que en el pasado, aunque no sin dificultades. Más que del gobierno, las taxativas para ese ejercicio suelen surgir de los propietarios de las empresas de comunicación. En los años recientes, en la radio de la Ciudad de México ocurrieron despidos y suspensiones de periodistas, conductores de programas de análisis y comentaristas, que en la mayoría de los casos perdieron su empleo, o fueron removidos a otros horarios u otras frecuencias. Todo ello no fue resultado de exigencias específicas del gobierno -como se creyó en varios casos-, sino decisiones de los dueños de esas emisoras.
9. Los medios son, a la vez, espacios democráticos y propagadores de confusiones. En pocos meses los medios de comunicación de masas, que se habían convertido en jueces de la vida pública mexicana, pasaron a ser acusados de algunas de las distorsiones y descomposturas políticas que hay en el país. La descomposición de la clase política tradicional, que se traduce en tensiones en todos los partidos, indecisiones en el gobierno y exigencias insatisfechas en la sociedad, ha llegado también a los medios de comunicación que en ocasiones reproducen mecánicamente, cuando no magnifican, esos signos. No queremos decir que esa es la constante en todos. Pero sí es el rasgo más notorio en un panorama en donde, durante muy largo tiempo, no pasaba nada con los medios de comunicación en México.
10. Sin embargo, tanto en los medios acartonados en el viejo estilo como dentro de aquellos en donde se aprecia alguna vocación renovadora, han existido actitudes de mimetización al panorama de desconfianza que se extendió en la sociedad desde fines de 1994. El rumor y no la noticia, el amarillismo y no el profesionalismo, han abundado en medios de todas las filiaciones ideológicas. Para numerosos medios, participar por la disputa de los auditorios en el contexto de un nuevo mercado de la información ha significado orientarse por el escándalo e incluso la publicación de informaciones falsas, exageradas o distorsionadas. Venden más, pero contribuyen a la ya notable turbación de la sociedad.
espero q te sirva
Respuesta:
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