10: Por que el comercio jugó un papel fundamental para la consolidación del Estado?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Esta unidad abarca el período en que se impuso un modelo de Estado nacio-
nal que subordinó a los poderes locales de todas las provincias mediante una
estrategia compleja. Argentina había logrado acordar una Constitución que le
daba una entidad jurídica estable, y avanzaba hacia una modernización capi-
talista que le auguraba una inserción económica internacional favorable a la
oligarquía terrateniente.
En el contexto internacional, se producía la Segunda Revolución Industrial.
El capitalismo, que se afianzaba en el mundo, gozaba de una expansión vin-
culada a la producción del hierro y el acero y avanzaba hacia su etapa imperia-
lista. Los flujos de comercio internacional se habían ampliado y grandes su-
mas de ganancias engrosaban las economías de los países centrales, en especial
de Inglaterra. Los sistemas políticos liberales también triunfaban, y un impor-
tante movimiento obrero organizado daba batalla en la búsqueda de mejores
condiciones de vida para el proletariado
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.
Para nuestro país, la batalla de Caseros de 1852 implicó el fin del proyecto ro-
sista y un avance en la construcción del Estado nacional. En 1853, el conjun-
to de las provincias –con excepción de Buenos Aires– sancionó una constitu-
ción de corte federal. Ese acuerdo no corrió la suerte efímera de las que la ha-
bían precedido y abrió paso a una organización nacional definitiva. De todas
maneras, veremos a lo largo de esta unidad que diversos proyectos se enfren-
taron en estos años, y que la intención original de los constituyentes fue mo-
dificada por los acontecimientos posteriores.
Entre 1853 y 1862 la separación entre la Confederación Argentina –liderada
por Urquiza– y el Estado de Buenos Aires –liderado por los autonomistas– re-
vivió viejas disputas y volvió a fragmentar el escenario político. Los enfrenta-
mientos militares de Cepeda en 1859 y Pavón en 1861 dan cuenta del peso de
esa discordia.
Finalmente, la unidad fue lograda. El triunfo del proyecto liberal nacionalista
permitió reconstruir la hegemonía porteña mediante la creación de un Estado
nacional muy dinámico que logró someter a los poderes provinciales. Entre
1862 y 1880, las presidencias de Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmien-
to y Nicolás Avellaneda consolidaron esta política mediante una estrategia que
combinaba el acuerdo y la coerción. Sus fines fueron alcanzar la subordinación
a la autoridad central, la organización institucional y la integración territorial.
Junto a esto, se produjo a lo largo de todo el período una modernización eco-
nómica y social. La resolución de viejos debates –como el de las rentas del