10 oraciones sobre las hienas
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De pronto se paró delante del duque y le gritó hecha una hiena: ¡Sal de aquí, so gorrino!
Y usted una hiena.
El labrador sonreía como una hiena, enseñando sus dientes agudos y blancos de pobre.
Suelta, á otro lado, la madeja de oro, Mustio el dulce carmín de su mejilla, Y en su frente marchita la azucena, Con voz turbada y anhelante lloro, 10 De su verdugo ante los pies se humilla Tímida virgen, de amargura llena; Mas con furor de hiena, Alzando el corvo alfanje damasquino, Hiende su cuello el bárbaro asesino.
Daremos dinero al 30 por 100 (lo que es fácil allá, según dice Martorell), prestaremos con hipoteca, para quedarnos con los bienes hipotecados; un sinnúmero de bellas maldades, que explica mi consocio con su hermosa sonrisa de hiena poética.
Y para probar su firmeza de hiena, sin otro amor que el de la sangre, cogió con sus manos huesosas la cara de Marieta, la levantó para verla más de cerca, contemplando sin emoción las pálidas mejillas, los ojos negros y ardientes que brillaban tras las lágrimas.
Era el mismo mocetón que Vanda hiciera azotar días antes; pero ahora en su rostro juvenil, demacrado por el hambre, la boca se crispaba en una mueca de ansiedad y de deseo, mientras los ojos de niño grande, redondos, dilatados de horror, tenían una mirada cruel de carnívoro, de hiena desenterradora de cadáveres.
¡Angelito!¿Quién habrá sido la infame?...¡Pobrecito de mi alma!¡Qué corazones de hiena, Dios mío!¡Miren qué hermoso es!¿Habrá mucho tiempo que lo han expuesto?Estará aterida la criatura.
¡Es muy perversa esa tísica! Tiene el corazón de una hiena.
Si notaba en el suelo (porque la ropa sólo muy rara vez se la veía) signos de aquella debilidad, encrespábase como una hiena.
Salió Matilde a la cancela, y al verme se puso hecha una hiena: «¿Qué vienes a hacer aquí? ¡Márchate! ¡Vete ahora mismo!
Salió Matilde a la cancela, y al verme se puso hecha una hiena: "¿Qué vienes a hacer aquí? ¡Márchate! ¡Vete ahora mismo!" Creí que el mundo caía sobre mí...
Don Sergio le miró como una hiena; Peñalar pasó por su ancha frente el pañuelo lleno de agujeros; luego, dirigiéndose a Manuel, que seguía sumido en el mayor estupor, le dijo: Haz el favor, mi querido niño, de salir un momento y esperarme.
Don Sergio le miró como una hiena; Peñalar pasó por su ancha frente el pañuelo lleno de agujeros; luego, dirigiéndose á Manuel, que seguía sumido en el mayor estupor, le dijo: Haz el favor, mi querido niño, de salir un momento y esperarme.
Se muerde el aire, como muerde una hiena el hierro de su jaula.
¿Estan bautizados? dijo el inquisidor con una intencion de hiena dirigiéndose al beneficiado.
La hiena olía el cadáver, se relamía y la aburría el retardo del suplicio.
El tigre de Tacubaya, la hiena insaciable de sangre, tiene una víctima más entre sus garras y no la dejará escapar.
La hiena de Tacubaya, ese miserable, hecho del barro de Troppman, y animado por el soplo del crimen, era el autor de ese atentado, que rechaza con indignación la severidad humana.
Miguel Ángel se alzaba sobre un cadáver con el apetito de la hiena, y lo recogia y lo estudiaba hasta grabar en la mente cada uno de sus huesos.
W. Branco descubrió, en 1883, los esqueletos del mastodonte y del protonchemia, animal que es un tipo entre el tigre y la hiena, con colmillos formidables.
Suaicato, especie de hiena, propia de América.
Seguí el movimiento perpétuo, y como el remordimiento de la hiena, hocico agudo, cuello tendido, mirada alevosa.
La hiena llamó á don Antonio Ituarte, joven de 28 á 30 años.
¡Así te hagan trizas, so hambrón!... ¡Sinvergüenza!... ¡Fuerte, dele usté fuerte! LUCILA (Frenética de ira, sale de la taberna, se lanza hecha una hiena sobre la señá Antonia, y la agarra del moño zarandeándola.)—¿Que le dé fuerte?
Estas lejías no las aguanta nadie más que yo... ¿Ha visto usted qué hiena es mi mujer?
Cuando el marqués se fué, saltó como una hiena contra su marido... le cogió por las solapas, empezó á decirle cosas; ¡pero qué cosas!... ¡Cuando yo me reí, estando como estaba...!
Estas lejías no las aguanta nadie más que yo... ¿Ha visto usted qué hiena es mi mujer?
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