Galego, pregunta formulada por noemivazquezenjamio, hace 16 horas

10 objectos que te recuerdan al libro a ira dos mansos porfa doy puntos importante

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Contestado por alem40383
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De entre las varias posibilidades que ofrecía, en lo que refiere a su contenido y orientación, la perspectiva de integrar este trabajo sobre Tirante el Blanco en una Web de información, he optado por presentar la más cercana a una guía de lectura, en la que pretenderé que confluyan dos vertientes complementarias: la primera, una revisión lineal y descriptiva, muy somera, de algunos de los momentos principales de la obra (que resultará seguramente enojosa a los buenos conocedores de ella, pero tal vez de alguna utilidad --brújula en un mar de casi mil páginas-- para el resto); la segunda, una lectura personal, acompañada de comentario crítico, que incida en algunos de los aspectos en los que se ha trabajado recientemente con mayor dedicación o éxito, y también en otros sobre los que, llamativa o extrañamente, no se ha profundizado de manera suficiente o que --siempre desde mi punto de vista-- quedan hasta hoy más llamativamente pendientes de abordar. Con todo ello trataré de allanar, sin atajos absurdos, un camino que conduzca hacia la comprensión --que significa revisión permanente-- de un libro esencial en la historia de la literatura.

1.- La fortuna del texto.-

De la revalorización de Tirante el Blanco durante los últimos años dan buena prueba sus traducciones: contábamos, además de con la castellana de Valladolid, 1511, con una italiana, que tuvo tres impresiones en el siglo XVI y ha sido reeditada recientemente, y con una francesa del siglo XVIII. Como el buen vino añejo que se alegra en odres nuevos, en los últimos veinticinco --pero sobre todo en los últimos siete u ocho años-- hemos visto el texto del Tirante rejuvenecido con dos traducciones al inglés; una traducción al castellano moderno, aparecida en 1969; además, las traducciones al rumano, al alemán, al flamenco y al finés; están en marcha otras: al francés, al italiano (ya existe la antigua, del XVI), al chino, al japonés...1

Para algunos, tanta traducción puede obedecer a una moda pasajera, o tal vez a una operación comercial inteligentemente orquestada. Hay motivos para pensar que no es así. La conocida alabanza cervantina --<<Dígoos verdad, señor compadre, que por su estilo, es éste el mejor libro del mundo>>--, puesta en boca del cura de Don Quijote (I, 6), ha contribuido a acrecentar la fama del Tirante, como lo han hecho, sin duda, los trabajos de Dámaso Alonso, o los de Mario Vargas Llosa, pero tampoco es suficiente como para justificar la mencionada revalorización.2

No han sido sólo, por otra parte, las traducciones. Los estudios sobre la obra se han multiplicado. Desde hace años elaboro, junto con Josep Izquierdo, una Bibliografía descriptiva sobre Tirante el Blanco. Quisimos cerrarla con los trabajos publicados hasta 1990, pero el aluvión de libros, artículos, traducciones nos ha hecho retrasar el límite hasta 1995. En estos momentos contamos con casi cuatrocientas entradas, y buena proporción de ellas procede de los últimos años.3 Hay grandes textos literarios que son desconocidos o minusvalorados durante un tiempo. Los del Poema de Mio Cid (que no fue impreso hasta el siglo XVIII) o La Regenta son casos paradigmáticos, en uno y otro sentido, respectivamente, en la literatura española. Pocas obras antiguas, sin embargo, son sobrevaloradas circunstancialmente, para luego ir a caer a un limbo más justo. De ahí que, al percibir el ritmo con el que se incrementa el interés por Tirante el Blanco, haya que pensar en un reconocimiento plenamente merecido y en un rescate de inapreciable valor para la

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