Latín / Griego, pregunta formulada por marymoraleschaira, hace 1 año

10.-mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris me acerco que figura es

Respuestas a la pregunta

Contestado por elenamercad
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Canción de otoño en primavera

(Cantos de vida y esperanza, 1905)

[1] Juventud, divino tesoro,

¡ya te vas para no volver!

Cuando quiero llorar, no lloro...

y a veces lloro sin querer…

[2] Plural ha sido la celeste

historia de mi corazón.

Era una dulce niña, en este

mundo de duelo y aflicción.

[3] Miraba como el alba pura;

sonreía como una flor.

Era su cabellera obscura

hecha de noche y de dolor.

[4] Yo era tímido como un niño.

Ella, naturalmente, fue,

para mi amor hecho de armiño,1

Herodías y Salomé...2

[5] Juventud, divino tesoro

¡ya te vas para no volver...!

Cuando quiero llorar, no lloro…

Y a veces lloro sin querer...

[6] Y más consoladora y más

halagadora y expresiva,

la otra fue más sensitiva,

cual no pensé encontrar jamás.

[7] Pues a su continua ternura

una pasión violenta unía.

En un peplo3 de gasa pura

una bacante4 se envolvía...

[8] En sus brazos tomó mi ensueño

y lo arrulló como a un bebé...

Y le mató, triste y pequeño

falto de luz, falto de fe...

[9] Juventud, divino tesoro,

¡te fuiste para no volver!

Cuando quiero llorar, no lloro…

Y a veces lloro sin querer...

[10] Otra juzgó que era mi boca

el estuche de su pasión

y que me roería, loca,

con sus dientes el corazón

[11] poniendo en un amor de exceso

la mira de su voluntad,

mientras eran abrazo y beso

síntesis de la eternidad;

[12] y de nuestra carne ligera

imaginar siempre un Edén,

sin pensar que la Primavera

y la carne acaban también…

[13] Juventud, divino tesoro,

¡ya te vas para no volver!

Cuando quiero llorar, no lloro,

¡y a veces lloro sin querer!

[14] ¡Y las demás! En tantos climas,

en tantas tierras siempre son,

si no pretexto de mis rimas,

fantasmas de mi corazón.

[15] En vano busqué a la princesa

que estaba triste de esperar.

La vida es dura. Amarga y pesa.

¡Ya no hay princesa que cantar!

[16] Mas a pesar del tiempo terco,

mi sed de amor no tiene fin;

con el cabello gris me acerco

a los rosales del jardín...

[17] Juventud, divino tesoro,

¡ya te vas para no volver!...

Cuando quiero llorar, no lloro…

Y a veces lloro sin querer...

[18] ¡Mas es mía el Alba de oro!

Fantasía, imaginación.

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