Informática, pregunta formulada por KABUTOZ, hace 2 meses

10 ideas principales de mafalda, susanita y el mundo

Respuestas a la pregunta

Contestado por Usuario anónimo
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Respuesta:

Es contestataria, con una cabeza abierta y propensa a filosofar a partir de cualquier hecho cotidiano. Representa la aspiración idealista y utópica a hacer de éste un mundo mejor, aunque la envuelve el pesimismo y la preocupación en casi todo el tiempo debido a las circunstancias que lo aquejan inevitablemente.

Contestado por sadm77405
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Explicación:

Una niña de 50 años

El argentino Joaquín Salvador Lavado (1932-), más conocido por todos como Quino, es el caricaturista más famoso de América Latina, y Mafalda, su personaje paradigmático, es reconocido en muchas partes del mundo.

Mafalda es una niña aguda que este año está celebrando sus primeros 50 años. Su primera aparición ocurrió en 1964 y sus tiras cómicas no dejaron de imprimirse hasta 1973. Esos nueve años fueron suficientes para dejar una impronta en la historia de nuestro continente.

Mafalda odia la sopa y ama a los Beatles, siempre está leyendo el periódico, escuchando la radio o hablando con un globo terráqueo sobre las últimas noticias.

Mafalda odia la sopa y ama a los Beatles, siempre está leyendo el periódico, escuchando la radio o hablando con un globo terráqueo sobre las últimas noticias. Ella tiene la inocencia de una niña y la sagacidad de una persona mayor.

Mafalda es una niña con la perspicaz mirada de adulto que está preocupada por el futuro del mundo y que se pregunta permanentemente sobre la vida y los problemas de las personas que habitan este planeta. Mafalda es una reflexión sobre la familia y la amistad, y al mismo tiempo sobre la guerra y la política internacional.​​

La política de lo cotidiano

Mafalda es la hija mayor de una familia de clase media en Buenos Aires, que bien puede ser cualquier familia latinoamericana. Vive en un apartamento en un barrio de trabajadores, su madre es una ama de casa y su padre es un empleado de corbata, que odia la televisión y adora las plantas.

Tiene un hermanito, Guille, y un grupo de amigos del barrio, con los que pasa la mayor parte del tiempo. Las cosas que la pasan a ella, a su familia y a sus amigos, parecen no trascender las actividades cotidianas de una niña cualquiera: los juegos, el colegio o las formas para evitar que su mamá le sirva sopa.

La historieta sigue la vida diaria de esta comunidad, pero las pequeñas experiencias cotidianas están enmarcadas en una profunda reflexión sobre el contexto político que los rodea: la Guerra Fría, la bomba atómica, Vietnam, la China comunista, la pobreza y las complicadas relaciones entre Estados Unidos y América Latina.

Quino ha sido un caricaturista muy político y su obra es una reflexión sobre las injusticias sociales y la responsabilidad del capitalismo en el estado actual de los países latinoamericanos.

Sin embargo, ninguno de estos temas es tratado con seriedad o dramatismo y esa es tal vez la razón por la que la lectura del mundo y la crítica de Mafalda fueron y son tan poderosas para el imaginario latinoamericano:

“Mafalda: ¿Has pensado qué vas a ser cuando grande?, Felipe: ¡Uf!… Hay tiempo para eso, Mafalda: ¿Hay tiempo?… ¿Y si cualquier día se arma una guerra atómica y espichamos todos? ¡La humanidad despachurrada! ¡Horror!, Felipe: En ese caso no llegaremos a grandes, Mafalda: ¡Mirá que sos macabro, ¿Eh?”.

Debido a esta doble aproximación cruda y al mismo tiempo humorística a la situación global es imposible no dejarse tentar por un toque de esperanza: si estos son los niños que están creciendo, tal vez el futuro va a ser diferente.

Las historias de Mafalda son muy sencillas y están dibujadas con trazos muy claros y limpios, normalmente son secuencias cortas de 4 viñetas seguidas, todas a blanco y negro, con muchos espacios en blanco y una línea casi minimalista.

Es muy interesante cómo las más profundas reflexiones sobre temas difíciles, como la guerra o los niños con hambre, son narradas a través de los ojos de un grupo de pequeños, pues Quino, en sus historietas, tiene la capacidad de entrelazar un sentido del humor muy negro con una gran ternura.

La vieja consigna de que los niños dicen la verdad o que los niños son los únicos que realmente dicen lo que piensan le permite al autor hacer reflexiones que en boca de un adulto serían tal vez muy oscuras.

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