10 ejemplos de pensamiento crítico en la vida cotidiana brainly.
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Desconfiar de las redes sociales
No todo lo que encontramos en las redes sociales se corresponde con la realidad. Es más, en estas plataformas abundan los bulos, la desinformación y los perfiles falsos. En una era hiperconectada y en la que cualquier vídeo, foto o titular se puede hacer viral en segundos, debemos prestar especial atención a la credibilidad de las informaciones que se publican en las redes sociales y contrastar, siempre que podamos, los datos y afirmaciones que aparecen en ellas.
No creer todo lo que cuentan las empresas
Al igual que pasa con las noticias o los mensajes que vemos en las redes sociales, también se debe desconfiar de las marcas. Muchas de ellas (a veces como parte de sus estrategias publicitarias) emiten mensajes confusos, engañosos o con medias verdades que los ciudadanos debemos detectar.
Mantener la mente abierta
Hay personas que tienden a pensar que están en posesión de la verdad absoluta y, aunque no sean expertos en un tema determinado, se lanzan a defender sus ideas como si lo fueran.
No obstante, si se aplicara el pensamiento crítico en esta situación, estas personas escucharían otros puntos de vista, otros enfoques y otras opiniones. Así, este tipo de actitudes y pensamientos son una muestra de respeto hacia el otro y hacen que nos replanteemos nuestras propias convicciones.
Asumir el derecho a cambiar de opinión
Una de las consecuencias de poner en duda nuestras creencias es que podemos ver sus fallos, sus incoherencias o los valores que no encajan con nosotros. Por esta razón, eliminar barreras y pensar sin prejuicios pueden dar pie a cambios de opinión a los que debemos mostrarnos abiertos.
Evaluar sin prejuicios
En el ámbito laboral, por poner uno de tantos ejemplos, el pensamiento crítico es fundamental para evaluar cualquier propuesta sin prejuicios. Ya sea el CV de un candidato o el borrador de un proyecto, debemos desprendernos de las ideas preconcebidas que nos impone la sociedad y valorar la propuesta en función de los criterios profesionales que consideremos necesarios.
Ser consciente de tu estado de ánimo
A la hora de tomar decisiones importantes, es necesario tener la mente despejada y un estado físico y anímico adecuado, libre de estrés, tristeza, ansiedad y otras sensaciones. De lo contrario, no se puede pensar con lucidez.
Uno de los ejemplos más claros de pensamiento crítico es cuando una persona debe decidir entre usar el coche o no estando cansado o ebrio: en este caso, hacer uso del pensamiento crítico significa pararse a pensar si la capacidad de reacción o las habilidades visuales son las adecuadas para conducir.