10 concepto claves de la antigua Grecia
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Respuesta:
En la antigua Grecia se identificaron
fenómenos variadísimos, hoy considerados científicamente correctos. Desde la
localización del raciocinio en el encéfalo, anunciada por Herófilo de Calcedonia
hacia el siglo IV a. C., hasta el heliocentrismo formulado por el astrónomo
Aristarco de Samos en el siglo III a. C. o los cálculos de la circunferencia terráquea
de Eratóstenes[2]. En la misma Grecia, reputada por ser la cuna de la filosofía,
tuvo también un peso enorme la cultura popular[3]. Aristóteles, Herodoto y otros
intelectuales, como Plutarco, fueron los antecesores de los folkloristas del siglo
XIX europeo, dándose a coleccionar fábulas, proverbios y otras muestras debidas
al ingenio del vulgo. Los antes aludidos fueron pioneros en cimentar la que se
transformó en fama enorme de Esopo. La existencia del cual es tan probable como
la de Homero.
Los griegos tuvieron la voluntad de legar el pasado al futuro, de transmitir sus
historias a los hijos o nietos de quienes las habían protagonizado, activa o
pasivamente[4]. Los historiadores modernos y contemporáneos suelen situar el
inicio de la ciencia histórica en Herodoto, “el padre de la historia”, y en Tucídides,
el “historiador” por excelencia. En la antigua Grecia, se hallan ya algunos de los
rasgos definitorios de la historiografía occidental. Para empezar, el pensamiento
griego generó no pocos intelectuales dedicados al quehacer histórico. Aparte de
los nombres más conocidos, icónicos en los casos de Herodoto y Tucídides, hay
una pléyade de historiadores poco visitados en general[5].
[6]. Los animales serían objeto de análisis por parte de
las ciencias, en que intervenían los sentidos. De los hombres se ocuparía la parte
rectora del cuerpo humano, la más noble, el cerebro, la sede del intelecto.
Por consiguiente, ya en el mundo antiguo, la historia se dividió en dos grandes
secciones : la historia natural, incluida en las ciencias naturales como subapartado
y, con insidiosa frecuencia, percibida de manera inconsciente como de menor
importancia que otras aplicaciones de la biología; y la HISTORIA, exclusiva de los
hombres. A los tres reinos de la naturaleza, el mineral, el vegetal y el animal[7], el
hombre añadió de facto el cuarto reino, una esfera superior como propiedad
exclusiva. Quizás ha llegado el momento de superar el paradigma renacentista de
considerar al hombre como el ombligo del universo, como la medida de todas las
cosas, en pro de una reubicación del mismo en la pertinente escala biológica, sin
obviar los análisis etológicos-etiológicos para entender determinadas conductas
suyas[8].
Grecia es la madre occidental de un rasgo que habría de tener un reflejo tardío en
el cristianismo: la humanización de los dioses[9]. Es cierto que, en los relatos
mitológicos, los habitantes del Olimpo parecen ejercitar con los hombres sólo las
habilidades de quien mueve marionetas. Sin embargo, las pasiones de estos
dioses griegos eran reconocibles a un nivel primario: desde la concupiscencia de
Zeus hasta los celos de su esposa Hera. Autores como Hesíodo los convirtieron en
los protagonistas de su Teogoníau Origen de los dioses[10]. Colección de géneros
poéticos que abraza una explicación global del mundo, visible e invisible, tratando
Explicación: