1. Presentación del tema: Lee con atención y comprende la siguiente historia.
El herrero y el perro
Un herrero tenía un perro que no hacía sino comer, dormir y estarse echado; de la casa jamás tuvo cuidado.
Levantábase solo a la mesa puesta; entonces con gran fiesta el dueño se acercaba, con perrunas caricias lo
halagaba, mostrando de cariño mil excesos por pillar las piltrafas y los huesos. _ He llegado a notar_ le dijo
el amo_ que, aunque nunca te llamo a la mesa, te llegas prontamente, en la fragua jamás te vi presente, y
yo me maravillo de que, no despertándote el martillo, te desveles al ruido de mis dientes. Anda, anda, poltrón;
no es bien que cuentes que el amo, hecho un gañán y sin reposo, te mantiene a lo conde muy ocioso.
El perro le responde: ¿Qué más tiene que yo cualquiera conde?
Para no trabajar debo al destino haber nacido perro, no pollino.
_ Pues, señor conde, fuera de mi casa; verás en las demás lo que te pasa.
En efecto, el perro salió a probar fortuna, y anduvo de una en una por las casas. Allí
1. ¿Cuál es el tema central de la fábula anterior?
2. ¿Qué tipo de vida lleva el perro del relato?
3. ¿En qué lugar y tiempo crees que suceden los hechos narrados?
4. ¿Qué significados tienen en la fábula las palabras “pollino” y “jumento”?
5. ¿En qué lugar se desarrollan los hechos?
6. ¿Por qué crees que el perro se compara con el jumento?
ACTIVIDADES SEMANA 4
¿Qué oficios tuvo que realizar el perro después de salir de la casa del herrero?
¿Qué características de la fábula se presentan en el texto anterior?
¿Qué valores o defectos presenta la historia a través de sus personajes?
¿Qué rasgos humanos reconoces en el perro de esta fábula?
¿Qué moraleja deja la fábula anterior?
¿La enseñanza que deja esta fábula es aplicable para tu vida? ¿Por qué?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Un Herrero tenía
Un Perro, que no hacía
Sino comer, dormir y estarse echado.
De la casa jamás tuvo cuidado;
Levantábase sólo a mesa puesta:
Entonces con gran fiesta
Al dueño se acercaba,
Con perrunas caricias le halagaba,
Mostrando de cariño mil excesos
Por pillar las piltrafas y los huesos.
—He llegado a notar, le dijo el amo
Que aunque nunca te llamo,
A la mesa te llegas prontamente:
En la fragua jamás te vi presente;
Y yo me maravillo
De que, no despertándote el martillo,
Te desveles al ruido de mis dientes.
Anda, anda, poltrón; no es bien que cuentes
Que el amo, hecho un gañán y sin reposo,
Te mantiene a lo conde muy ocioso.
El Perro le responde:
—¿Qué más tiene que yo cualquiera conde?
Para no trabajar debo al destino
Haber nacido perro y no pollino.
—Pues, señor conde, fuera de mi casa;
Verás en las demás lo que te pasa.
En efecto salió a probar fortuna,
Y las casas anduvo de una en una:
Allí le hacen servir de centinela,
Y que pase la noche toda en vela;
Acá de lazarillo y de danzante;
Allá, dentro de un torno, a cada instante
Asa la carne que comer no espera.
Al cabo conoció de esta manera,
Que el destino, y no es cuento,
A todos nos cargó, como al jumento.
Explicación:
espero y sirva dale corazón