Religión, pregunta formulada por morarodriguezalexis1, hace 22 días

1. ¿Por qué el Reino no es bienvenido para los malvados?


2. ¿Qué sugieres para lograr que tu comunidad y familia

pueda ingresar al Reino de Dios?



Ayuda por favor doy corinita

Respuestas a la pregunta

Contestado por Ibeutifol
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porque se supone que dios nos ha dado una vida con cariño y amor y si no respetas eso no mereces vivir la segunda vida alado del señor

que sean amables buenas personas  que ayuden a los demás  y aportar bondad sinceridad a este mundo  y amar a los demás como dios nos ama

Cuando los apóstoles son liberados de una de sus primeras prisiones, el mensajero de parte de Dios les dice: “Vayan y anuncien todo lo que se refiere a este nuevo modo de vida.” (Hch. 5, 20) Para la primera comunidad, el cristianismo era eso: un nuevo modo de vida. Este se ilustra así: “Todos se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los Apóstoles y participar en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones. Un santo temor se apoderó de todos ellos, porque los Apóstoles realizaban muchos prodigios y signos. Todos los creyentes se mantenían unidos y ponían lo suyo en común: vendían sus propiedades y sus bienes, y distribuían el dinero entre ellos, según las necesidades de cada uno. Íntimamente unidos, frecuentaban a diario el Templo, partían el pan en sus casas, y comían juntos con alegría y sencillez de corazón; ellos alababan a Dios y eran queridos por todo el pueblo. Y cada día, el Señor acrecentaba la comunidad con aquellos que debían salvarse.” (Hch. 2, 42 – 47) Más allá de la idealización, la convicción apostólica era que el evangelio se transmitía por la predicación, pero lo que convencía era el testimonio del estilo de vida. Esta es la base misma del Cristianismo sin toda la hojarasca del tiempo, los dogmas, los cánones, las liturgias y los planes pastorales…

La CG 36 retoma esta intuición al hablar de Vida y Misión; no ya de identidad y misión. Y en el decreto 1 después de describir el mundo con sus luces y sombras y señalar nuestra misión de reconciliación y justicia, lo primero que hace es hablar de la necesidad de “una comunidad de discernimiento con horizontes abiertos”. No habla primero de lo que hay que hacer, de obras apostólicas (de eso hablará más adelante). Habla de comunidad, de vida en común, de un modo de vida. Comunidades encarnadas en cercanía real con los pobres, discerniendo la misión, y testimoniando el amor de Dios siendo por eso ella misma misión. La Misión va estrechamente unida a “este nuevo modo de vida”

Tal vez, en este proceso de revisión del PAC y la preparación del PAC2, debamos reflexionar sobre esto un poco más. Las comunidades jesuitas están llamadas a ser “hogares para el Reino” (D1, 13), y las obras apostólicas deberían ser comunidades de vida y discernimiento para anunciar el Reino. Este proceso se da además, en tiempos de pandemia que ponen en cuestión la “antigua normalidad” es decir el antiguo modo de vida. Solemos repetir esto mirando hacia afuera –este orden mundial injusto e inequitativo-, pero también deberíamos decírnoslo a nosotros: nuestra antigua normalidad comunitaria y apostólica ¿no debería ser replanteada también?  

En estos tiempos de aislamiento los jesuitas hemos revalorizado la vida comunitaria. Sería bueno profundizar ¿qué hemos aprendido? Y ¿quiénes han sido nuestros maestros? Particularmente creo que deberíamos mirar una vez más a nuestros maestros principales: los pobres. En estos meses he visto a gente muy pobre compartir lo poco que tenían en ollas populares, en comedores barriales, en merenderos. Gente mayor arriesgando su vida para cocinar para que pudieran comer otras familias, pequeños almaceneros dando de su propia mercadería para que las familias más pobres del barrio comieran, mujeres madres que a pesar de pasar necesidad decían: “padre la caja con alimentos que me va a dar a mí désela a la de aquella familia que tiene cuatro niños y no tienen nada”. Resuena el “nuevo modo de vida”

espero y te sirva ;)


Ibeutifol: ¿Qué dice este “nuevo modo de vida” a nuestras redes apostólicas en las que colaboramos laicas, laicos y jesuitas? Creo que deberían ser más comunidades de discernimiento que estructuras de planificación y más que una agenda deberían tener un itinerario espiritual del que surjan opciones más evangélicas; deberían alimentar una espiritualidad de la que surjan iniciativas marcadas por la creatividad del Espíritu que no se deja vencer en imaginación.
Ibeutifol: Tal vez, digo, nuestras redes deberían ser más comunidades de aprendizaje, de compartir, de discernimiento. Espacios en los que sin tanta agenda podamos orar más juntos, y desde ese espíritu escuchar “lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Más que nunca es actual el “canto del cisne” del Padre Arrupe: “Diré una cosa más, y por favor no lo olviden. Recen. Recen mucho.
morarodriguezalexis1: PA ES0 ES MUCHO
Ibeutifol: o perdon
Ibeutifol: porque se supone que dios nos ha dado una vida con cariño y amor y si no respetas eso no mereces vivir la segunda vida alado del señor
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