1. ¿ por que crees que los sectores de los estratos sociales más bajos han sido objeto de explotación, abusos e injusticias?
2. ¿ Cómo ha sido la situación del trabajo forzoso durante el siglo XX en nuestro país, en qué sectores económicos y Qué recursos se han extraído bajo este sistema? es para hoy doy 100 puntos plss
Respuestas a la pregunta
Las frías cifras de producción minera no nos transmiten lo ocurrido con quienes participaron, forzada o voluntariamente, en el proceso extractivo. La fuerza de trabajo indígena fue la base de dicha actividad, mientras blancos y mestizos por lo general eran supervisores y propietarios.
El reclutamiento forzado de trabajadores indígenas fue una práctica común, especialmente en Perú, donde el sistema de la mita imperó desde finales del siglo XVI. Los mayores estragos los sufrieron quienes laboraban en la mina de mercurio de Huancavélica, producto esencial en el proceso productivo de la plata.
Asimismo, según opiniones de contemporáneos e historiadores modernos, las condiciones de trabajo en los socavones americanos eran inhumanas. La mortandad de los aborígenes y su desmembramiento social se relacionan en importante medida con los sistemas laborales aplicados y lo inhóspito e inaccesible de los lugares donde se ubicaban los principales yacimientos mineros.
Sin embargo, también existió (especialmente en el siglo XVIII mexicano) el trabajo voluntario y asalariado, ideal perseguido desde los comienzos de la era colonial. Esta forma de trabajo tardó en extenderse debido a la falta de hábito de los indígenas en los trabajos mineros, al desconocimiento de la moneda como salario y al natural anhelo de rehuir las pesadas tareas que se les confiaban.
En virtud de los privilegios otorgados por el Papa a la corona de España (bulas de donación de Alejandro VI de 1494) , ésta tuvo el dominio sobre el suelo y el subsuelo de las tierras americanas. Por lo tanto, quienes se dedicaron a la actividad extractiva debían pagar un impuesto a la corona que, generalmente, fue de un 20% del producto. Este fue conocido como el quinto real.
Además, la monarquía se reservó para sí los ingresos y la distribución del mineral de mercurio, base del método de la amalgama, que agilizaba y optimizaba la obtención de la riqueza argentífera.
En América la minería se trabajó gracias al esfuerzo de particulares. Se trató muchas veces de aventureros que improvisaron métodos de extracción valiéndose de la mano de obra indígena.
Los capitales requeridos para habilitar una mina provenían de una serie de individuos que ganaron mucho dinero por concepto de préstamos a interés, comercio y especulación. Entre ellos podemos mencionar a los aviadores, quienes operaban en las mismas ciudades mineras y a los grandes mercaderes de la plata cuyo centro de acción fueron las capitales virreinales.
La minería permitió a muchas personas amasar grandes fortunas, otorgándoles el reconocimiento social y político. No obstante, con la misma rapidez que se ascendía, cualquier imprevisto provocaba la ruina inmediata. Así, por ejemplo, la pérdida de un filón o la inundación de los socavones liquidaba la inversión. De hecho, muy pocas familias siguieron siendo prósperas gracias a la minería durante más de tres generaciones.
Para la población nativa los efectos sociales de la explotación minera fueron extraordinariamente perjudiciales. Los desplazamientos forzados desarticularon la organización de las comunidades indígenas, alteraron sus jerarquías tradicionales y acabaron con innumerables vidas humanas.
En el siglo XVIII, la política reformadora de los Borbones procuró aumentar significativamente la producción de plata americana, lo que pasaba por elevar la condición del minero y romper su vinculación con comerciantes y especuladores. Por ello la corona elaboró una nueva legislación que incluyó, entre otras, el establecimiento de Tribunales de Minería en México y Lima (1780), y la creación de bancos de rescate que darían créditos a los mineros.