Historia, pregunta formulada por beninda85, hace 10 meses

1. Lee las paginas 32 y 33 de tu libro de Historia y contesta.
¿Como eran las ciudades de Mexico durante la primera mitad del siglo XIX?
¿Que oficios se desempeñaban en la ciudad?
¿Por que aumento la poblacion en las ciudades?
¿Que conmemoraciones civicas se empezaron a festejar?
¿Como se divertian? oigan nose si me reponadan pero responadan pliss es de 5 grado libro de historia


beninda85: libro de historA
marielgarcia2230: Que grado
beninda85: PAGINA 32 Y 33
marielgarcia2230: Ok
beninda85: LO HARAS
marielgarcia2230: Busca en gogle paco el chato 5 grado historia y te va a aparecer todas las repuestas
beninda85: SI LA CONOSCO
beninda85: PERO
beninda85: ME LAS PUSO MI PROFE
beninda85: BYE

Respuestas a la pregunta

Contestado por jahelerick
10

Respuesta:

El esplendor de la celebración barroca está íntimamente ligado al ritual del Poder. Lo que se pretende –y generalmente se logra– es la exaltación pública y visible de los símbolos esenciales que representan los máximos valores sobre los que se sustenta la autoridad. Es así que, tanto el gobernante religioso como el civil detentan el máximo poder que les es conferido nada menos que por designio divino. En la Nueva España son el virrey y el arzobispo los ungidos con la máxima potestad conferida por la española majestad, quien es, a su vez, para los habitantes de los dominios hispánicos, el representante de Dios sobre la tierra. También de ahí proviene la necesidad y la magnificencia de la fiesta: que los celebrados, el príncipe eclesiástico y el civil, sean exaltados a la categoría de divinidades. No son gratuitas las palabras de sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695) en el Neptuno Alegórico cuando dice: “Demás que las fábulas tienen las más su fundamento en sucesos verdaderos; y los que llamó dioses la gentilidad fueron realmente príncipes excelentes, a quienes por sus raras virtudes atribuyeron divinidad”.[1] Esta cita de la “Fénix de México”, como fue llamada por sus contemporáneos, nos aclara en buena medida el porqué a los poderosos, homenajeados en los arcos triunfales o en los túmulos funerarios, se les comparaba con semidioses, héroes o dioses de la Antigüedad grecolatina. Si bien a los gobernantes se les reconocían cualidades excepcionales y eran elevados al rango poético y alegórico de seres perfectos y divinos, la institución que en realidad era venerada como vicaria de Dios sobre la tierra era la Iglesia católica. Esto se comprende mejor aún, cuando sabemos que en el estado absolutista hispánico, el poder civil y el religioso estaban unidos y representados en la persona del monarca. Es por ello que los festejos coloniales se “ponen en escena” en el “gran teatro” del espacio público. Como señalábamos en un trabajo anterior:

Explicación:

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