1.- ¿Cómo la industria de la moda determinó las necesidades e intereses sociales de las personas, que propiciaron su desarrollo?
2.- Elige una prenda de vestir utilizada en el pasado y responde ¿qué factores sociales afectaron su desarrollo en el pasado?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Las mujeres de clase alta usaban vestidos de pollera amplia, con visos y enaguas. Para afinar la cintura usaban corsé. En la calle y en la misa cubrían sus cabezas con mantillas de encaje. La vestimenta de los hombres era más sencilla, pero también marcaba las diferencias entre los sectores sociales
Ante las exigencias de los consumidores y la propia sociedad (en muchos casos alejada de los cánones de solidaridad), las empresas transnacionales (ETN) compiten en un entorno implacable de innovación y competitividad. El desarrollo de la actividad textil transnacional, genera relaciones directas entre empresas, gobiernos ávidos de inversión y medio ambiente. Emergen nuevos productos, servicios, reglamentaciones e impactos. Estos factores (muchos de ellos exógenos), condicionan y promocionan los sistemas de producción textil, descansando bajo el paraguas de una amalgama de recomendaciones, conocidas como procesos de responsabilidad social empresarial (RSE). Estas medidas, son aprovechadas por muchas empresas para generar todo tipo de impactos positivos en sus intereses, junto a otros de carácter inconfesable que, de manera directa reinterpretan la verdadera finalidad de las políticas de RSE.
De acuerdo con la Fundación Ellen McArthur, la producción de ropa se ha multiplicado al doble durante los últimos 15 años, impulsada por el crecimiento de la población de clase media en todo el mundo y el aumento de las ventas per cápita en los países desarrollados. Se estima que para 2050, el Producto Interno Bruto global aumentará un 400 por ciento, lo que significará una mayor demanda de ropa.
Sin embargo, esto podría ser también una oportunidad para mejorar. Un reporte informa que, si se abordaran los problemas ambientales y sociales creados por la industria textil, habría beneficios económicos globales de hasta 192 mil millones de dólares para el año 2030. El valor anual de la ropa desechada prematuramente es de más de 400 mil millones de dólares.
De acuerdo con la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), la industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo. La industria de la moda representa aproximadamente el 10% de las emisiones globales de carbono y casi el 20% de las aguas residuales