1.¿CÓMO DEBE SER LA VIDA POLÍTICA DE UN CRISTIANO.
2.¿QUÉ DICEN LOS OBISPOS DE LA PARTICIPACIÓN DE LOS CRISTIANOS EN LA VIDA PÚBLICA?
3.¿CUÁL ES LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS?
Respuestas a la pregunta
1. El testimonio de Cristo en la comunidad política, reviste una particular importancia para la Iglesia. Ciertamente, no entra dentro de la misión de la Iglesia la formación técnica de los políticos. Hay, de hecho, varias instituciones con este objetivo. Su misión es, sin embargo, “dar su juicio moral también sobre cosas que atañen al orden político, cuando esto sea requerido por los derechos fundamentales de la persona y por la salvación de las almas (…) utilizando todos y solo esos medios que son conformes al Evangelio y al bien de todos, según la diversidad de los tiempos y de las situaciones» (GS, 76). La Iglesia se concentra particularmente en educar a los discípulos de Cristo, para que sean cada vez más testigos de su presencia, en todas partes.
2San Pablo concluyó su Epístola a los Filipenses con estas
expresivas palabras: "También os saludan todos los santos, en
especial los de la casa del César". ¿Quiénes eran esos cristianos de la
casa del César? Según autorizados comentarios, serían funcionarios,
empleados de la administración imperial, unos cristianos dedicados a
los asuntos públicos. Valgan, pues, estas palabras
de San Pablo como pórtico a mis palabras. Resulta, en efecto,
ejemplificativo que ya entre los cristianos de la primerísima hora
encontremos quienes, permaneciendo en la condición que tenían
cuando recibieron la fe, estaban presentes en puestos de lo que hoy
llamamos la vida pública. Aunque numéricamente debieron ser pocos,
por la composición sociológica de la primitiva cristiandad, nunca
faltaron en el Imperio Romano, pese a las persecuciones, cristianos de
posición más o menos elevada que ocuparon puestos en la
organización administrativa, política y militar de Roma. Figuras como
las del centurión Cornelio o el más tardío senador Prudente son
conocidas.