1-¿Cómo debe ser el beso según los autores bíblicos? Rm 16,16
Respuestas a la pregunta
Respuesta:"¡Que me bese con los besos de su boca!"
2. LOS BESOS DE SU BOCA (9)
El texto del Cantar describe los preparativos de una boda. La novia es una joven niña, que desea ser unida a su Señor. Ella es la primera en manifestar su deseo; se adelanta y precede a su futuro esposo, sin vergüenza. Públicamente le declara su amor y pide en su oración que le sea permitida deleitarse con los besos de su novio, por ello exclama: "¡Que me bese con los besos de su boca!". La joven niña desea ser atraída y purificada (10) por el contacto de ese beso, por ello, se acrecienta cada vez el deseo de amarle y poseerle. Para Gregorio, quienes llevan en sus entrañas el deseo de Dios nunca se encontrarán saciados. Por ese motivo, se arrebatan y entonces vuelven a ansiar con mayor deseo. Así el deseo de la novia será más fuerte que un torrente, puesto que se dirige hacia la inaccesibilidad de la belleza divina. Por esa razón aunque el alma se encuentre unida a Dios declara que no se encuentra satisfecha, ya que cuanto mayor es el gozo, más fuerte será el deseo (11).
De este modo podemos comprender que la joven niña ama a su novio y es inducida por alguna razón a desear más aún tales besos, aumentando y duplicando en ella la excitación de su amor. Para Gregorio de Nisa este es el beso por el cual los amados respiran juntos, fusionan sus espíritus o bien infunden su aliento. Con ello se designa la unidad de vida a la cual han sido llamados hombre y mujer y llega a ser palabra creadora. Por este motivo las palabras del novio son para ella espíritu y vida. Por esa razón la joven niña desea aproximarse a esa boca que es fuente de vida espiritual. Fuente es la boca del novio de donde brotan palabras de vida eterna (12). Por ello, Su Palabra sacia la boca sedienta, como el profeta que con su boca atraía al espíritu. "Abro mi boca franca y hondo aspiro, que estoy ansioso de tus mandamientos", Sal. 119, 131. Hay que dar a la boca el agua que sacamos de la fuente a la cual se refiere el Señor diciendo: "Si alguno tiene sed, venga a mí y beba", Jn 7, 37. Por eso el alma quiere atraer, aproximar hasta sus labios aquella boca que es manantial de vida y exclama: ¡Que me bese con el beso de su boca! Este es el beso que hace manar vida y salvación para todos, beso del cual el Señor no desea privar a nadie.
Según nuestro autor, este es un beso que purifica toda mancha. Por esa razón el Señor ha reprochado a Simón el leproso: "no me diste el beso" (Lc 7, 45). En verdad él habría quedado limpio de la enfermedad si con su boca hubiese atraído la pureza. Sin embargo, no lo puede experimentar, porque no ama, estaba más preocupado de la excrecencia, avaricia que la enfermedad había hecho nacer en su carne y ello le impedía progresar en el deseo de Dios (13).
Según Gregorio, la esposa pide que, por iluminación del Verbo, merezca recibir su beso y luego de haberlo conseguido es adentrada por el pensamiento en los secretos interiores. Así no solo desea andar por los atrios del bien, sino suspira por las primicias del Espíritu. Su gracia la ha hecho digna de escrutar las profundidades de Dios (14).
En síntesis, la joven niña impulsada cada vez por un deseo más ardiente desea aproximarse a aquella boca de la cual mana vida y salvación. La boca del Esposo es fuente y manantial de esos besos, al que desea aproximarse y ser saciada en plenitud.
CONCLUSIÓN
Gregorio de Nisa, en la cita del Cant 1, 2, elabora una antropología teológica que habla de la relación y mediación del hombre y Dios. La esposa, figura de la humanidad entera, anhela la posesión perfecta del Amado, inscribiéndose en un movimiento siempre ascendente, donde el beso es expresión de la religación entre el hombre y Dios su Señor.
Explicación: