1. Analice La ingesta de fructosa se ha incrementado considerablemente en los últimos años, especialmente bajo la forma de jarabe de maíz alto en fructosa, debido a su gran poder edulcorante. Diversos estudios, han asociado su elevado consumo con alteraciones metabólicas, hígado graso no alcohólico y malabsorción de fructosa, entre otras patologías.
2. Analice La fructosa fue considerada durante mucho tiempo como un "azúcar para los diabéticos" dado el muy bajo índice glucémico (IG) de la misma: 23, comparado con el de la glucosa, IG: 100 y el hecho de no requerir insulina para su ingreso a las células. Sin embargo, al ir profundizando en el conocimiento del metabolismo de la fructosa esta supuesta "ventaja" fue perdiendo sustento al demostrarse que del total de la fructosa absorbida a nivel intestinal un alto porcentaje es rápidamente derivado al hígado, donde se metaboliza para dar origen a glucosa -en más de un 50% de lo ingerido - lactato y ácidos grasos
Respuestas a la pregunta
La fructosa es un sacárido que se encuentra en frutas, verduras y miel.Actualmente se consume como jarabe de maíz por sus poderes endulzantes.
Durante muchos años se le considero más saludable que a la Glucosa, sobre todo en el tratamiento para la Diabetes Mellitus Tipo 2, sin embargo estudios recientes informan que altera el metabolismo gastrointestinal, produciendo meteorismo, distensión abdominal, diarrea y estreñimiento.
El intestino delgado es el responsable de absorber la fructosa, sin embargo solamente puede absorber 25 gramos diarios y con el incremento de consumo de fructosa, la población consumía hasta 3 veces el valor máximo de 25 gramos.
El organismo no puede absorber más de 25 gramos diarios y por ende el resto de lo consumido se almacenaba como triglicéridos que cubrían la capsula hepática generando una enfermedad llamada Hígado Graso no alcohólico que generara un daño hepático por acumulación de triglicéridos, ácidos grasos y lactato producto de la ingesta elevada de fructosa.
Dicha patología antes mencionada sufrió una incidencia elevada en los últimos años, obligando a muchos países a generar leyes para identificar los alimentos que tengan fructosa y en qué cantidades.