1. ¿A qué grupo cultural o étnico pertenece la persona que escogiste?
2. ¿A qué se dedica y cuál es su edad aproximada?
3. ¿Cómo ha sido la forma de relacionarte con esa persona?
4. ¿Por qué a veces los seres humanos rechazamos a otros por su color, raza o religió
5. ¿Qué haría Jesús en una situación parecida? Explica con amplitud
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Tipos. En el mundo existen varios tipos de grupos étnicos como lo son: Los celtas. Los armenios. Los tuareg. Los hunza. Los judíos. Los Ashkenazi. Los Sefarditas. ¿Te has preguntado cuál es la edad del Sol? Aquí tenemos la respuesta en el Dato del Día. El sol tiene unos 4,500 millones de años y ya ha consumido la mitad del hidrógeno en su núcleo. Un análisis de pequeños cristales de hibonita reveló la edad de la estrella más grande del sistema solar. Esto responde a las diferencias individuales que existen entre unas personas y otras. Por ello, es relativamente frecuente que surja la pregunta: "¿por qué me cuesta relacionarme con la gente?". En el presente artículo vamos a ver qué factores pueden estar detrás de esta clase de dificultades sociales, y qué se puede hacer al respecto.
Pero diferentes sociedades han atribuido diferentes significados a dichas diferencias. La división de la humanidad en distintas “razas” puede encontrarse hasta en el Libro de las puertas, texto sagrado del Antiguo Egipto. Este escrito identifica cuatro categorías convencionalmente etiquetadas como “egipcios”, “asiáticos”, “libios”, y “ nubios ”.
Explicación paso a paso:
Sí, Él demostró amor y compasión a las personas, pero también les dijo que dejaran de pecar, y les advirtió sobre los peligros del infierno. Si queremos actuar como Cristo, necesitaremos más que un recordatorio en un brazalete. Debemos anhelar “[vestirnos] del Señor Jesucristo, y no [proveer] para los deseos de la carne” (Ro 13.14). Esto significa que debemos aprender quién es Cristo a través de la lectura diaria de la Biblia, y pedirle que transforme nuestro corazón. Lo cual nos ayudará a tener un corazón más limpio de pecado, y a alinear nuestros pensamientos y deseos con los del Señor. Entonces, al no solo demostrar la compasión y la preocupación de Dios por los perdidos, sino también advertir del peligro que enfrentamos al rechazar al Señor, otros serán atraídos a nuestro Salvador. Y ya que “el Hijo del Hombre vino a buscar y salvar lo que se había perdido” (Lc 19.10), sabemos que nuestras acciones están alineadas con lo que Él haría.